Sobre Nosotros

Hoy quiero compartir un pedazo de mi historia, un viaje que ha sido mi fuente de inspiración y fortaleza. Todo comenzó en el año 2020, en medio del lamentable proceso que nos tocó pasar a todos. A pesar de los desafíos, decidí embarcarme en un sueño que ahora se ha convertido en una hermosa realidad. Este viaje me ha enseñado que de las crisis, verdaderamente, surgen oportunidades.

Soy Julieta Ramírez, originaria de La Plata, Huila, Colombia. Como muchos, vine a los Estados Unidos con esperanzas de progreso. Crecí en un hogar con recursos limitados pero rico en valores. Esta experiencia me enseñó que no importa de dónde venimos, sino adónde queremos ir. Desde muy pequeña sentí muy dentro de mí que estaba destinada a algo más, y aunque apenas teníamos suficiente para un simple champú en casa, nunca se lo dije a mi madre para no hacerla sufrir. Estaba seguro de que había un mundo de posibilidades ahí fuera y comencé a soñar.

Todo empezó cuando era niña con una prima (Rocío) en su finca. Recuerdo vívidamente cómo juntos preparábamos lo que iba a ser un "Shampoo" con hojas de una planta llamada Gonche y un poco de romero (¡Jajaja!). Luego, con mucha emoción, se lo regalamos a la niña que ayudaba en las tareas de su casa.

Cuando le pedimos su testimonio, obviamente nos dijo que fue un desastre porque el champú se estropeó. ¡Eso fue orgánico!

A pesar de ese cómico y fallido intento, es en esos momentos de la infancia donde siento que nació mi amor por el cuidado del cabello. Quién hubiera imaginado que aquellos primeros experimentos en la granja de mi prima serían la base de mi carrera en el mundo de la belleza.

Aunque mucha gente dudaba de mis ambiciones, me dediqué a una formación formal en mi carrera profesional. Después de muchas situaciones desafiantes, entré al mundo de la belleza y me enamoré de esta profesión. Cada día dejo una huella en cada trabajo que realizo en mi salón y en la vida de las personas que nos rodean.

Seguimos creciendo y esforzándonos por alcanzar nuestras metas y cumplir nuestros sueños. Reconozco que cuando Dios pone un deseo en ti es porque tienes la capacidad de lograrlo, y no hay nada que pueda impedirte cumplirlo. De no tener ni para un simple champú, ahora tengo mi propia empresa. Por todo esto doy gracias a Dios y dedicación.

Juliet Ramirez Hair Studio no soy solo yo. Son mis cuatro hijos, de quienes estoy profundamente orgulloso y agradecido. También es mi equipo y cada uno de ustedes con quienes compartimos la experiencia de verlos sonreír.

Cada día, al mirar atrás, siento una profunda gratitud por el camino recorrido. Cada desafío ha sido una oportunidad de crecimiento y cada logro, un recordatorio de que los sueños pueden hacerse realidad si trabajamos con determinación y fe.

Gracias por ser parte de mi historia y por permitirme ser parte de la tuya. Juntos, somos testimonio de que de las crisis surgen las oportunidades y que con fe y esfuerzo podemos lograr todo lo que soñamos.

Con gratitud y amor,
Julieta Ramírez